En un entorno tan competitivo y plural como el del momento presente, tenemos cada vez más canales de distribución, los consumidores cambian más rápidamente de tendencias y cada vez es más difícil segmentar una población y acertar con el canal con el que vamos a encarar nuestra distribución.
Por un lado, están las marcas líderes con sus cuotas de mercado y han irrumpido las marcas blancas que han roto el mercado dejando aisladas a las marcas secundarias. El éxito de las marcas blancas viene motivado, sobre todo por tener empresas de distribución cada vez más eficientes y económicas, que junto a la inversión tan potente de las marcas líderes, hace que las marcas secundarias tengan un papel cada vez más irrelevante en el mercado. Ni que decir tiene, que esta tendencia ha acabado con los intermediarios ineficientes.
Los consumidores cada vez tienen más información sobre precios, calidad, servicios, diversidad y beneficios y esto esto hace que la forma de comprar haya cambiado con un cliente que cada vez tiene menos tiempo, es menos leal y quiere cada vez obtener un mayor rendimiento a cada céntimo que se gasta.
Actualmente no hay una determinada forma de llegar al cliente, así que lo primero que tenemos que conocer es cual y quien es nuestro potencial cliente, en que mercado estoy y que es lo que me diferencia del resto. En función a estas variables optaré por canales directos (tiendas, fuerza de ventas, web..), canales indirectos donde exista algún intermediario que tenga un potente know how o bien un mix que nos permita alcanzar un mayor ámbito geográfico cubriendo más o menos espacio de exposición.
Cuando ya determinemos nuestra estrategia de distribución es cuando empieza la batalla por consolidarse dentro del canal. Si no somos capaces de dominar nosotros al canal, estamos en manos de intermediarios que nos situarán en el lugar que les corresponda a sus intereses particulares, pudiéndonos dejar con una mínima visibilidad en el mercado y camino de un rotundo fracaso sobre todo en productos con poca diferenciación.
Si esto es lo que nos ha ocurrido, es cuando tenemos que empezar a cambiar el canal, potenciar nuestra marca mediante fusiones o nuevas creaciones o empezar a rotar productos de nuestra marca. Para momentos de conflicto como el que acabamos de señalar, hay que buscar rápidamente a expertos que consigan conciliar y darnos puntos de vista objetivos. Esto, sólo se consigue con directivos externos que sean capaces de pilotar situaciones extremas con éxito.