La empresa en España es pequeña, el 90% del tejido empresarial se compone de empresas de menos de 50 trabajadores. De esta, el turismo y lo relacionado supone el 12% del PIB y emplea a más de 2 millones de personas.
El crecimiento económico de nuestro país depende en gran medida de los bienes y servicios que tanto particulares, como empresas y entes públicos somos capaces de comprar debido a nuestro modelo productivo (esto representa el 58% PIB). La «crisis del coronavirus» ha provocado una parálisis de la oferta y la demanda. Esto se traduce en cierre de bares, restaurantes, retails, hoteles, concesionarios de vehículos, etc.. junto a una falta de abastecimiento de las fábricas en sus materias primas, como hemos visto por ejemplo en las fábricas de automóviles, que no tenían piezas para ensamblar vehículos.
En cuanto al turismo, nuestro motor económico industrial más importante por suponer el 12% del PIB, empieza ahora su temporada fuerte con la incertidumbre de cuando se podrán abrir los hoteles y de la confianza de los clientes de todo el mundo en si acudir a nuestro país. Esto va a ser lo que marque el crecimiento de la economía española, que es muy sensible en cuanto a la creación y destrucción de empleo por necesitar el turismo de una gran intensidad de mano de obra además de establecer la profundidad de esta crisis, ya que si somos capaces de tener una buena temporada de verano, no tendremos unos datos terroríficos de desempleo, lo que provocará que el gasto de las personas en bienes y servicios se eleve amortiguando la más que posible recesión (técnicamente 2 trimestres de crecimiento de la economía en negativo).
El Estado va a absorber gran parte de los costes fijos de las empresas al soportar los costes salariales, pero estos representan entre un 35% y un 60% de los costes de las empresas. Además a través de los bancos se va a inyectar liquidez para que puedan pagarse impuestos, alquileres, pólizas de créditos, costes de mantenimiento y el resto de costes operacionales. La empresa española venía de una contracción de su liquidez en 2019 por el aumento de los costes y llega a esta crisis con menos capacidad de pago de la deseable, porque si esta parálisis dura muchos meses, el problema de liquidez se va a convertir en un problema de solvencia (cuenta de resultados negativa) ya que no van a ser capaces las empresas de poder devolver el dinero prestado. Esto va a depender del tiempo de cierre y de la capacidad de cada empresa, así como de la actividad, porque los concesionarios de vehículos van a tardar más en arrancar y o se le hacen planes especiales o difícilmente van a sobrevivir muchos de ellos.
Nos vamos a endeudar en un 20% del PIB cuando España ya está endeudado en un 98%, esto significa que quien nos preste dinero nos va a exigir una mayor tasa de interés, porque la confianza se merma con el volumen, sin soluciones creativas a nivel europeo, este endeudamiento lo vamos a tener que pagar todos los españoles (más impuestos) con ajustes que, volviendo a lo dicho antes, afectará a nuestra capacidad de gastar y por lo tanto provocarán un aumento del desempleo ya por si difícilmente sostenible.
Esta crisis no afecta a todos por igual, porque las empresas de mayor tamaño y diversificadas, pueden utilizar la solvencia de otras lineas de negocio para amortiguar el problema, pero, al propietario de un restaurante, un pequeño hotel, un concesionario de vehículos local, una pequeña tienda de retail, una empresa de publicidad, una tienda de informática y en general aquellas cuya generación de valor no está en la transformación de la materia prima en un producto nuevo, va a necesitar algo más que liquidez. Va a necesitar supresión de impuestos, ayudas a fondo perdido, facilidades para ajustar sus costes salariales…un plan ambicioso que necesita de un liderazgo público de un calado extraordinario.
Es un escenario totalmente nuevo en el mundo capitalista por lo que proyectar lo que va a suceder se hace ciertamente complejo e inexacto, pero si vemos países como China o Korea que con mejor capacidad de hacer frente a esta crisis están incluso cerrando fronteras más de 2 meses después nos hacen ser pesimistas en cuanto a nuestro escenario.
Quiero agradecer a ESADE y a profesores como Pedro Aznar, Xavier Ferras y sus equipos la inspiración y ayuda para poder escribir este artículo.
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